DESENGANCHADO©
Por Carmiña Gallart
Este era un vagón que hacía un esfuerzo extra por seguir el paso del tren a pesar de la enorme carga que le habían asignado .Esta era tres veces más pesada que la carga que llevaban otros vagones. Algunos de estos ni siquiera llevaban algo, simplemente corrían divertidos en la fila del tren.
El vagón con carga extra no se quejaba nunca, no se detuvo a descansar ni una sola vez, habría sido capaz de dar el último aliento en aras de cumplir con su deber.
Pero un día, el menos pensado, lo desengancharon del tren. No lo vio venir, no lo sospechó, mucho menos lo mereció. Su carga fue distribuida entre muchos vagones, pero no se les ocurrió sobrecargar a uno solo.
Al sonar el silbato de la locomotora, los vio alejarse sin él. Lo dejaron ahí, confundido y dolido. Muy dolido.
(Esto fue escrito al avisarme de mi cese en la empresa en la que laboré muchos años. En ese momento dolió, pero ahora entiendo que era preciso que eso sucediera para poder comenzar esta nueva aventura.)

Cuando ese tren partió le devolvió al vagón la libertad.
Muy lindo cuento Carmiña. Y tan real. Creo que lo hemos vivido algunos de nosotros.
Gracias, Lety
No me deja de sorprender tu Talento…. desde el primer día que te conocí (en la Prepa)
Así de cortito el cuento pero lleno de Verdad, Aprendizaje y LIBERTAD para ese Vagoncito y para todos lo que lo entendemos en su esencia y nos das una Gtan lección para el ❤️
Gracias, querida Elvia.
A veces la vida nos obliga a desengancharnos sin saber que lo mejor viene después. A disfrutar pues de este nuevo viaje!
Sí, con todo el entusiasmo.
Me encanto!!!! todo sea por un viaje mucho mejor!!! es cortito pero sí llega!
Gracias, Clau, un abrazo fuerte.
Imposible dejar de leer lo que escribes. Me alegra que puedas ver atrás y agradecer. Todo cambio es para mejorar. Algunos no somos capaces de verlo sino hasta después de muchos años. Felicidades a mi y a todos por haber recuperado tu talento en las letras.
Muchas gracias, Isa, te agradezco de corazón.
Amiga, hermoso cuento y tan real, que yo sigo en uno de esos bagones.
Sí, amiga, mientras uno esté feliz hay que seguir en el tren. O ser tu propia locomotora, tú has sido también ambas cosas. Un abrazo.
¡Carmiña! Lleno de sabiduría tu cuento, gracias
La inercia que lleva cada vagón por la velocidad y «claridad» que lleva La Locomotora, genera una falsa seguridad y certidumbre. Pero es una ilusión porque ni el dueño de esa larga y vieja locomotora tiene certeza; habiendo recorrido tantos kilómetros sin rumbo, sin dirección y sin corazón, la ha convertido en La bestia. Y ahora atropella a quien intenta subirse a colaborar con profesionalismo y dedicación.
Un abrazo.
Muchos abrazos para ti!!!