Una manera cómoda de viajar (y despreocuparte) son los tours organizados. La mayoría incluye el desayuno en el mismo hotel en que te hospedan, y te ofrecen la opción de comprar las comidas. En la mayoría de destinos esto no es una buena idea por dos razones principales: deberás regresar al hotel (o a donde te indiquen), y quizá estés lejos recorriendo la ciudad por tu cuenta; con frecuencia son menús de comida internacional (para que sean del gusto general), pero te pierdes la oportunidad de probar la comida local.