Cada rincón de Italia es increíble (sí, es uno de nuestros países favoritos), pero este pueblo del sur del país es como salido de una película. Aquí verás cientos de trullos (o trulli), que son edificaciones blancas cilíndricas con techos cónicos de piedra. Son tan pintorescos que vale la pena caminar por sus callejuelas para verlos, ¡y hasta hospedarse en uno! Y es que hay trullos que son viviendas, hoteles, iglesias, museos, restaurantes… ¡Una experiencia diferente!
Estas antiquísimas construcciones existen desde la prehistoria, pero curiosamente hubo un tiempo en el que no “pegaban” las piedras unas con otras, para poder desmantelar el trullo rápidamente y así evitar pagar los impuestos sobre nuevos asentamientos que imponía el Reino de Nápoles.


















