El León Herido está esculpido en una pared en Lucerna, Suiza. Su gesto de dolor es conmovedor. Se dice que Mark Twain opinó que era “el trozo de piedra más triste del mundo”. El felino mide 9 metros de largo y la pared tiene 6 metros de altura. Este se realizó para conmemorar a los 760 soldados suizos (que en realidad eran mercenarios) que perdieron la vida en la defensa de Tullerías, durante la Revolución Francesa en 1792. Un dato curioso es que, por problemas de pago al escultor Thorvaldsen (quien hizo el boceto), el encargado de esculpir la roca siguió las instrucciones al pie de la letra y talló la «cueva» en forma de cerdo. Una manera sutil de expresar su enojo. ¿Lo notas?

